Miércoles 17 de julio de 2013
Cuando desayunamos, hicimos deberes mientras mis padres estaban de compras. Cuando llegaron, ya era muy tarde para ir a la playa, así que decidimos bajar por la tarde. Para mí ese día fue el mejor de playa: fuimos a la boya, jugamos a las palas, nos bañamos con la colchoneta; nos quedamos allí hasta muy tarde.
Cuando regresamos a casa, nos duchamos y nos arreglamos para ir a cenar a un bar. Yo me tomé un plato de patatas con huevo y croquetas.
Tras la cena, dimos un paseo por Palamós y fuimos a una heladería a comprar helados, yo no tomé ninguno.
Ya en casa, mi madre, las niñas y yo nos fuimos a dormir, y el resto se quedaron jugando a las cartas.
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